Lograr hijos obedientes que sigan las instrucciones es tal vez una de las tareas que más se le complica a los padres. Lo primero que debemos tener en cuenta es que, en estos casos, tenemos que ser coherentes, demostrar nuestro amor. También es importante tener más empatía y reforzar constantemente las cosas que están correctas a través de las palabras. No se trata de que perdamos la calma como padres.
Para que nuestros hijos cooperen cuando les damos una instrucción y que cumplan efectivamente nuestras expectativas, se necesita de un trabajo constante, normas claras, respeto y una adecuada comunicación emocional
si aún no has desarrollado sus emociones adecuadamente, este kit te puede ayudar.
No existe una receta mágica para decirte cómo hacer hijos obedientes que te hagan caso; los niños también toman sus propias decisiones y se ven enfrentados y confundidos por las normas que pueden existir en el hogar y adicionalmente están explorando y conociendo el mundo que los rodea y sus normas.
Para ayudarte en esta importante misión de educar, queremos contarte algunos consejos que pueden hacer que tu hijo coopere más fácilmente y se sienta a gusto en el proceso. ¡Empieza a tomar nota!
De 0 a 100
La exigencia se debe de dar de una manera gradual. Empieza pidiéndole a tus hijos realizar tareas que sean fáciles, agradables para ellos y acordes con sus habilidades y su edad. Cuando esto esté interiorizado, pídeles otras tareas que tengan un nivel de exigencia más alto, así, paso a paso, lograrás los objetivos.
Adicional, trata de no darles muchas instrucciones a la vez, es preferible darlas de una a una para no agobiarlos. Recuerda reforzar sus logros y felicitarlo cada que haga una acción que esperabas de él.
Ser firme y amable a la vez
Recuerda ser firme en las reglas y los límites que le pones, por ejemplo: si permites que en su tiempo de ocio utilice un videojuego, destina un tiempo determinado para esta actividad de manera anticipada y acuerda con él cuánto tiempo puede dedicarle de manera amable y respetuosa. Luego haz cumplir este acuerdo sin amenazas, sin cantaleta y de una manera amable, pero recuerda que es un acuerdo que establecieron entre ambos y debes ser firme en hacerlo cumplir.
Establezcan las reglas y los límites juntos
Te recomendamos establecer una comunicación continua y constante con tus hijos para definir juntos las reglas y límites. Estas deben tener en consideración las necesidades de todos, deben beneficiar y permitir que ambas partes para se sientan cómodas. Se busca que haya una relación horizontal en la que el padre tiene en cuenta las opiniones de sus niños para crear relaciones de confianza y formar hijos obedientes.
En este punto trabajamos elementos muy importante como la conexión que tenemos con nuestros hijos, el respeto y, además, reforzamos sus sentimientos de importancia y significación dentro del ambiente familiar.
Para reforzar estas normas, puedes hacer una actividad con tus hijos donde dibujen, diseñen y trabajen las reglas del hogar de esta manera será más fácil para ellos entenderlas, recordarla y respetarlas.
Recuerda el objetivo es hacerlo siempre juntos, entre padres e hijos.
Enfoca las frases de manera afirmativa
Si queremos facilitar y hacer más agradable para los niños el proceso de seguimiento a instrucciones, las frases deben estar enfocadas de manera afirmativa. Esto les permite comprender mejor los acontecimientos. Por ejemplo, en lugar de decir: “no tires tus juguetes o tus zapatos”, es mejor decir: “deja los juguetes en la caja o dáselos a mamá”. Cuando los niños hacen lo que les pedimos, es importante decirles, como “muy bien ¡lo lograste!”.
Una metodología efectiva para el momento de educar es realizar las tareas con un juego. Es decir, si queremos guardar los juguetes hagamos un juego como el que primero termine de recoger los juguetes gana; o si tenemos que lavar los platos hagámoslo al ritmo de una canción. Los juegos y la música involucran a los hijos en las tareas y les hace pasar un rato más amigable.
Finalmente, sé flexible con ellos. Algunas rutinas pueden ser percibidas como difíciles; en lugar de regañarlos, mejor ayúdales y muéstrales que pueden hacerlo. Así, poco a poco, los niños van tomando seguridad. Lo que lleva a los niños al caos es no poder gestionar emociones como el temor (al fracaso, a no lograrlo) y la tristeza. Ahí la importancia de aprender a reconocer las emociones.